
Cuando hace unos meses el Lic. Hernán García nos planteaba en el newsletter de la FPC una Argentina con ¨Nuevo Virus y Viejas Pandemias¨ creímos que –en la magnitud del nuevo desafío que enfrentaba el mundo y que se sumaba a los que nuestra Argentina debía superar- teníamos una oportunidad para arrancar una nueva etapa solucionando los viejos problemas, aprendiendo de quienes ya lo habían hecho y concentrarnos en el futuro apostando a un país distinto en un mundo diferente para los próximos años.
Lo ocurrido en las últimas dos semanas nos mostró nuevamente nuestra incapacidad. Seguimos tropezando con la misma piedra que nos ha hecho retroceder sistemáticamente en el mundo en relación con otros países.
Volvimos a nuestra vieja y arraigada pandemia de no respetar nuestra Constitución, ni a las instituciones, la perimida discusión de las intervenciones del Estado en la economía de las empresas y lo que es aún peor, se sumó el intento de expropiación de una empresa con la excusa de defender a los trabajadores y lograr soberanía alimentaria.
Solo el fallo del Juez a cargo del proceso judicial en marcha limitó hasta ahora la arrogancia de quienes quieren decidir sobre los negocios de otros o sencillamente nacionalizar empresas que en manos del Estado son sencillamente inviables y subsidiadas finalmente por aportes del Tesoro Nacional, financiado por quienes pagamos los impuestos como lo muestra la historia.
Sumando a estas Pandemias, la indefinición en la negociación de la deuda con el riesgo de caer nuevamente en un default que nos mantiene en la lista de incumplidores seriales, el resultado obtenido es una paralización de decisiones de inversión en todos los niveles de actividad económica y a través de ello prolongamos la recesión y eliminamos la generación de nuevos empleos.
El sector agroindustrial, tal como lo hemos mostrado con trabajos recientes y no tan recientes de la FPC, sigue siendo un pilar fundamental para el ingreso de divisas genuinas del exterior ya que representa más del 50% de los ingresos por Exportaciones; aporta desde sus 41 cadenas agroindustriales hasta el 45% de los recursos tributarios totales del Estado Argentino y dichas cadenas generan directa e indirectamente el 35% del Empleo formal en el país. Si agregamos a esto el potencial de crecimiento que existe en todas las cadenas, que en promedio debería estar cerca del 45% respecto a los números actuales, y si sumamos otros sectores como la minería, energía, turismo, tecnología, etc. vemos claramente que nuestro país cuenta con el potencial para lograr salir de la gravísima situación actual de nuestra economía.
Para poner ese potencial en marcha hace falta que dejemos de destruir para construir, de dividir para unir, de aprender de los que lo han hecho mejor y de cambiar las coordenadas de nuestro GPS para avanzar hacia un país en crecimiento que nos permita disminuir drásticamente la pobreza y generar oportunidades para todos aquellos que habitan nuestro suelo y los que quieren venir a habitarlo.
Trabajemos ya para construir ese país. No nos podemos quedar atrapados en la pandemia; pongamos una mirada de largo plazo.